¡Buenas tardes chicas y chicos!
Antes de nada, quiero decir que siento muchísimo el retraso de esta entrada pero he estado de vacaciones (lo necesitaba). En la editorial me han dado unos días libres y Àngel, Coby y yo hemos hecho una escapadita al sur, mi idea era escribir desde allí pero el Wi-Fi me ha jugado una mala pasada…
Tenía muchas ganas de pasarme por aquí, primero de todo para daros las GRACIAS (así, con mayúscula) por todo el amor que le dais al blog. Somos ya muchísimos, y nunca me hubiese imaginado que esto podría crecer tanto en tan poco tiempo. Muchísimas gracias, de corazón.
Por otra parte, he ido leyendo comentarios (los que he podido, porque sois un montón) y he visto que os parece genial la idea de ir comentando cositas de Coby en el blog. Así que a partir de ahora lo haremos así, sabéis que vuestros deseos son órdenes para mí. Dicho esto, debo confesaos una cosa: ¡¡¡ESTOY LOCAMENTE ENAMORADA DE COBY!!!
Este peludo me ha conquistado desde el momento en que llegó, no sabía que un animal pudiese dar tantísimo amor a una persona a cambio de nada. De verdad, que me reafirmo en lo que os dije la semana pasada. Por las mañanas, cuando estoy en la editorial, Coby se queda con Ángel. Todavía no se entienden del todo bien pero estoy segura de que poco a poco se irán haciendo el uno al otro (mi chico nunca ha sido de perros, ni de animales en general, pero está haciendo un gran esfuerzo).
Por las tardes, cuando Ángel se iba a trabajar me pasaba toda la tarde con Coby, íbamos al parque, a correr, le daba mimitos en el sofá... Y hablo en pasado porque, esas cosas con Coby las sigo haciendo, es mi rutina favorita, pero hace unos días despidieron a Ángel (el pobre está bastante deprimidillo) con lo cual ahora pasa más tiempo en casa y es él el que pasa más tiempo con Coby.
La semana que viene os iré contando más sobre cómo avanzamos ahora que somos tres en la familia. Un besazo y un abrazo virtual a todas y a todos.
Ali.